La información nutricional constituye un aporte para una dieta saludable

miércoles, 30 de julio de 2008

Uno de los principales problemas que afecta la salud de la población Argentina es la obesidad y sus dolencias asociadas, alteración de lípidos sanguíneos, diabetes no insulinodependiente, enfermedad coronaria, gota, hipertensión, accidente vascular, colecistitis, apnea de sueño, etc.

Es en virtud de esto y del deber de información que tienen los productores de bienes, que a partir del 1º de agosto de 2006, en los alimentos envasados aparece en sus etiquetas, en forma obligatoria, el denominado rotulado nutricional que aporta una orientación sumamente valiosa para poder llevar adelante una dieta saludable, que permita combatir esta “enfermedad” que parece constituirse en un verdadero flagelo de la modernidad.

A continuación se brindan los principales conceptos que deben conocer los consumidores para entender la información nutricional contenida en los rótulos y poder, de esa manera, optar por los alimentos que contribuyan a proteger su salud.
¿Qué significa “porción?”
Porción es la cantidad media del alimento que debería ser consumida por personas sanas, mayores de 36 meses de edad, en cada ocasión de consumo, con la finalidad de promover una alimentación saludable. Al comenzar la lectura de la Tabla Nutricional se encontrará con que el tamaño de la porción se brinda en gramos o mililitros, según corresponda, y en “medidas caseras” en nuestro ejemplo 1/4 taza.

El tamaño de la porción es un factor importante, ya que toda la información posterior que aparece en el rotulado nutricional va a estar referida a esa cantidad de alimento. Es decir, que si —como en nuestro ejemplo— el rótulo indica que la porción es 1/4 de taza, si usted consume 1/2 taza, entonces deberá tener en cuenta que todos los valores declarados (proteínas, grasas, carbohidratos, etc...) se duplican, con lo cual usted está comiendo el doble de lo declarado en el rótulo.
¿Qué es el valor energético?
El valor energético proporciona una medida de cuánta energía usted obtiene al consumir una porción de ese alimento. Se calcula a partir de la suma de la energía aportada por los carbohidratos, proteínas, grasas y alcoholes.

Se expresa en kilocalorías o kilo joule, y en una dieta normal para una persona adulta este valor debería ser de 2.000 kilocalorías / diarias u 8.400 kilo joule / diarios.
¿Qué es % de VD?
El valor diario (VD) es la cantidad diaria recomendada de un nutriente para mantener una alimentación saludable.

Para evitar que usted tenga que hacer cálculos, el % de VD le mostrará cuánto (en porcentaje) de los valores diarios recomendados le aporta la porción de alimento indicada en el rótulo.

Esta información facilitará su lectura permitiendo evaluar si la porción de ese alimento contribuye mucho o poco en la alimentación diaria total.
Nutrientes: ¿qué son?
Carbohidratos (hidratos de carbono, glúcidos, azúcares). Los carbohidratos son sustancias presentes en los alimentos y que proporcionan energía a nuestro organismo. Si bien su rendimiento es menor que el de la grasa (1 gramo de carbohidratos aporta 4 kcal. 17 KJ), es una de las fuentes principales de energía, debido al fácil acceso que tiene el hombre a los productos que los contienen.

Se encuentran en cereales y derivados (arroz, maíz, harina, fideos, pan, etc.), legumbres (lentejas, porotos, garbanzos, etc.), tubérculos, frutas, azúcar y dulces.

Los carbohidratos se dividen en azúcares simples (glucosa, fructosa, galactosa) y azúcares complejos o polisacáridos (almidón, celulosa, etc.).

Los carbohidratos también confieren sabor y textura a los alimentos y de esa manera contribuyen al placer de comer.

Proteínas. Las proteínas son el constituyente principal de las células de los seres vivos. Son necesarias para el crecimiento y reparación de los tejidos corporales. No sólo cumplen funciones estructurales, sino también desempeñan funciones metabólicas y reguladoras. Las proteínas también aportan energía (1 g de proteína aporta 4 kcal. 17 KJ).
Es importante que con la dieta se incorporen cantidades suficientes de grasas y carbohidratos para que proporcionen la energía necesaria y permitir así que las proteínas cumplan sus funciones específicas y no se las utilice como fuente de energía.

Se encuentran tanto en alimentos de origen animal (leche, carnes, pescado, huevo), como vegetal (cereales, legumbres).

Grasas totales. Las grasas son un grupo de sustancias insolubles en agua que incluyen a los: triglicéridos (grasas y aceites); ácidos grasos saturados; ácidos grasos insaturados; ácidos grasos trans; fosfolípidos (Ej. lecitina); esteroles (Ej. colesterol).

Las grasas son una fuente concentrada de energía. A diferencia de los carbohidratos y de las proteínas, 1 g de grasa aporta 9 kcal 37 KJ. (más del doble que las anteriores). Además de aportar un elevado valor energético, cumplen múltiples funciones: son componentes estructurales, formando parte de las membranas celulares, actúan como vehículo de utilización de las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), contienen ácidos grasos esenciales (son aquellos que el hombre no puede producir), etc.

Ácidos grasos. Los ácidos grasos saturados son generalmente sólidos a temperatura ambiente y se encuentran principalmente en grasas de origen animal (grasa de cerdo, vacuna, de pollo, manteca, crema, yema de huevo, etc.). Los ácidos grasos saturados tienden a elevar la concentración de colesterol en sangre.

Los ácidos grasos insaturados predominan en los aceites de origen vegetal. Son los denominados omega 3, omega 6 y omega 9.

Entre los ácidos grasos insaturados se encuentran los ácidos grasos esenciales, los cuales deben ser incorporados con la dieta, ya que el hombre los necesita y es incapaz de producirlos por sí mismo.

Los ácidos grasos insaturados tienen un efecto beneficioso sobre la salud, contribuyendo a reducir los niveles de colesterol en sangre.

La mayor parte de los ácidos grasos trans (AGT) en la dieta humana derivan de un proceso industrial llamado hidrogenación. La hidrogenación es un proceso que utiliza la industria alimentaria para solidificar grasas, que a temperatura ambiente son líquidas, facilitando su manipulación y para aumentar la estabilidad del producto, alargando su vida útil. La hidrogenación genera gran cantidad de ácidos grasos trans, los cuales se comportan de manera similar a las grasas saturadas.

Diversos estudios coinciden en demostrar que los AGT no sólo incrementan los niveles de colesterol sanguíneo y la fracción LDLC (colesterol “malo”), sino también disminuyen ligeramente la HDLC (lipoproteína de alta densidad - “colesterol bueno”).

La principal fuente de ácidos grasos trans son los alimentos elaborados con aceite vegetal hidrogenado como ser margarina, galletitas, panes industrializados, tortas, etc.

Tanto a los ácidos grasos saturados como a los trans se los asocia con un mayor riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, razón por la cual su ingesta debe ser limitada.
Recordar que los aceites vegetales contienen ácidos grasos insaturados y nunca contienen colesterol.

Fibra alimentaria. Las fibras son un componente importante de los alimentos. Se definen como sustancias de origen vegetal resistentes a ser digeridas por las enzimas del tracto digestivo, pero pueden ser parcialmente fermentadas por las bacterias del colon.

Se encuentran principalmente en cereales, legumbres secas, frutas y verduras. Las fibras tienen diferentes funciones en la nutrición humana: retardan el vaciado gástrico prolongando la sensación de saciedad; favorecen el funcionamiento intestinal; retrasan la absorción intestinal de los hidratos de carbono, proteínas y grasas; aumentan el número de deposiciones intestinales, etc.

Sodio. El sodio es un mineral que en pequeñas cantidades tiene un papel importante para el buen funcionamiento del organismo.

Es un componente habitual de la dieta, cuyo consumo en exceso está relacionado con la hipertensión arterial. Está presente en forma natural en muchos alimentos, así como también es añadido a tantos otros, como ser: aceitunas, panceta, jamón crudo, aperitivos salados (papas fritas, palitos...), etc.

A pesar de esto, muchos de nosotros tendemos a agregar sal a las comidas. La sal de mesa (cloruro de sodio) aporta grandes cantidades de sodio. Un consumo excesivo de este mineral puede resultar perjudicial para la salud de las personas.

Se presume que el consumo de sodio en la Argentina es muy elevado, no sólo por la sal que se agrega a los alimentos (fuente principal), sino también por la alta cantidad de sodio contenido en los alimentos procesados.

Controle el consumo de alimentos con sal agregada, lo cual se puede verificar leyendo la lista de ingredientes que figuran en las etiquetas de los alimentos.

Consejos prácticos para tener un peso saludable

martes, 22 de julio de 2008

Vida sedentaria, alcohol y postres son los principales enemigos.

Perder peso y adelgazar, puede ser muy sano si la dieta o dietas que se siguen son las adecuadas y son prescritas de acuerdo a las necesidades de cada persona, sin llegar a los extremos.

Hoy por hoy existen diferentes tipos de dietas, sin embargo, las más usadas son las de perder peso, a pesar de que las hay para aumentar y también para diferentes estados de salud, como la hipertensión, diabetes y anemia.

De acuerdo a la doctora Virna Beato, nutricionista de la clínica Forma Vital Santiago, República Dominicana, una de las dietas más importantes es la de mantenimiento luego de perder esos kilos de más que preocupan a muchas mujeres y que amenazan con volver.

En ese sentido, la representante de esta franquicia americana dedicada exclusivamente al control de peso por medio de la auriculoterapia, brinda algunos consejos para mantener nuestro peso y figura, evitando volver atrás.

Detalles importantes
La doctora Virna Beato dice que siempre se debe desayunar, pues estos alimentos son indispensable para mantener un equilibrio en el metabolismo y comenzar el día con energía, además de reducir el hambre por el resto del día.

Así mismo, la especialista dice que comer tiene que ser un placer, pero se debe hacer de forma equilibrada, sin inclinarse, a diario, por un solo alimento, para no descompensar el cuerpo, ya que no existe ningún alimento completo por sí solo.

“Otro detalle es que, a veces, se confunde el hambre con sed, por lo que recomendamos de 6 a 10 vasos de agua al día. Su consumo muchas veces disminuye el hambre, a la vez que tendremos nuestros cuerpos hidratados y mejoraremos entre otras cosas el estreñimiento”, indicó.

Mejores alimentos
La doctora Beato aconseja comer vegetales de diferentes formas, ya sea en ensaladas, en sopas, en guisos, en pastelones, en tortillas, etcétera.

Dice que aportan fibras y nutrientes esenciales para el funcionamiento del cuerpo.

También aconseja sustituir el consumo de azúcares y harinas refinadas por edulcorantes y productos integrales (carbohidratos de absorción lenta) para evitar el aumento de glucosa en la sangre y reducir los lípidos en la misma.

Las carnes
Beato aconseja elegir siempre carnes sin grasa (magra) y por lo menos 2 veces a la semana consumir pescados para así aumentar la ingestión de grasa buena (Omega 3 ) que nos ayuda a combatir el colesterol malo (LDL).

Indispensable
La nutricionista Virna Beato explica que hay cuatro factores fundamentales en una dieta:

1.- Evitar la vida sedentaria, pues hacer ejercicios es indispensable. Basta con una caminata de 45 minutos tres veces a la semana o practicar un deporte para aumentar el gasto energético.

2.- Evitar el alcohol, pues añade demasiadas calorías vacías al cuerpo, en caso de hacerlo tomar una copa de vino o una bebida sin azúcar de forma pausada.

3.- Si tu debilidad son los dulces, escoge frutas naturales para los postres y meriendas, estas mejoran la digestión, son bajas en calorías y a la vez son deliciosas.

4.-Se sugiere comer de 4 a 5 veces al día como mínimo, haciendo las tres comidas principales y 1 o 2 meriendas al día.

Tres dietas populares distintas generan la misma pérdida de peso

Un estudio a largo plazo sobre tres dietas diferentes concluyó que todas producen descensos de peso moderados similares, aunque los beneficios de cada una para la salud variarían.

Después de dos años, las personas que realizaban dieta perdieron en promedio 3,3 kilos en el régimen bajo en grasa, 4,6 kilos con la dieta mediterránea y 5,5 kilos con una versión mayormente vegetariana de la dieta Atkins, baja en carbohidratos, indicaron el miércoles expertos israelíes.

Más del 82 por ciento de los participantes eran hombres, con un peso inicial promedio de poco más de 90 kilos.

"La buena noticia es que tenemos alternativas", dijo Iris Shai, de la Universidad Ben-Gurion del Negev, quien dirigió el estudio publicado en New England Journal of Medicine.

"Si una estrategia fracasa, podemos elegir otra dieta. No podemos pensar más que una dieta sirve para todos", indicó Shai en una entrevista telefónica y añadió: "Este estudio permitirá a la medicina clínica considerar las dietas mediterránea y baja en carbohidratos como opciones seguras para los pacientes".

La cantidad de peso perdido después de dos años fue similar a los efectos que generan algunos medicamentos de venta bajo receta para adelgazar, señaló la experta.

La dieta reducida en hidratos de carbono se destacó en la mejora del perfil de colesterol. Para los diabéticos, la dieta mediterránea fue la mejor para disminuir los niveles de glucosa en ayunas.

"Las mujeres solían perder más peso con la dieta mediterránea", agregaron los autores.

Tanto la dieta mediterránea como la reducida en grasa restringieron la ingesta calórica. La primera tenía la mayor cantidad de fibra y grasa monoinsaturada y saturada, que son las llamadas grasas saludables.

El régimen bajo en carbohidratos tenía la mayor cantidad de grasa, proteína y colesterol. Esa dieta se basó en la dieta Atkins, que no limita las calorías, pero disminuye el consumo de hidratos de carbono procesados.

"No obstante, los participantes fueron asesorados para elegir fuentes vegetales de grasa y proteína y para evitar las grasas trans", escribió el equipo.
Reuters Health