¿Qué tan ligeros son los alimentos light?

martes, 24 de marzo de 2009


SÓLO UNO de cada tres productos light lo es realmente. La diferencia calórica entre un producto light, ligero o sin azúcar y otro que no lo es, es mínima. Sin embargo, cada vez son comercializados más productos de este tipo.

Estudios realizados en 2006 revelaron que los alimentos light forman parte de los productos en los que menos confía el consumidor porque “no creen que no aporten calorías”.

Este dato parece, cuando menos, curioso dado que cada vez son más numerosos los productos comercializados con distintas denominaciones: light, ligero, aligerado, con menos grasa o sin azúcar, entre otros. Estos mensajes dan a entender que el producto es menos calórico y, por tanto, más saludable, y, sobre el papel, así es como lo debería percibir el consumidor.

Aunque los ciudadanos cada vez son más conscientes de que cuando eligen un producto que dice ser light no lo hacen porque no tenga calorías, siguen siendo muchos los que creen que la mayoría de productos ligeros tiene bastantes menos calorías.

Consumer Eroski realizó una exhaustiva investigación en España, en la que analizaba el etiquetado nutricional de 52 alimentos light y daba a conocer al consumidor las verdaderas características de los productos comercializados como tales. La conclusión más relevante de la investigación fue que “un tercio de los alimentos etiquetados como light no lo son en realidad”.

Atendiendo a estas evidencias, la regla de oro para acostumbrase a comer más ligero es tener en cuenta que no es necesario, ni conveniente, consumir por costumbre productos light. 

La idea que mucha gente tiene de que los productos light adelgazan o, a lo sumo, no engordan prácticamente nada, conduce a que se consuman en cantidades excesivas. El resultado de ello es frecuentemente un incremento de peso mayor que si hubiesen optado por las versiones no ligeras de cada producto. 

Es importante ser selectivos a la hora de elegir los productos, analizar la etiqueta y comparar los datos relativos al contenido energético, graso y azucarado, entre dos productos de la misma marca o de distinta marca, uno tradicional y su homólogo light.

Como el objetivo es consumir menos calorías en una dieta balanceada, hay que buscar los alimentos que sean reducidos en azúcar y grasa. Para cerciorarse de esto, la clave no está en la parte delantera del envoltorio, sino en la trasera, en la información nutricional. Si un producto se jacta de ser hipocalórico y no tiene este dato, no se le puede creer, porque no informa sobre su calidad de tal.

Hay que fijarse en el primer ítem, donde se describe la cantidad de calorías por gramo. Por lo general se detalla en una porción y en 100 gramos. Habitualmente también se compara con su símil no dietético para entusiasmar a los compradores. Éste también es un dato útil, porque si un yogurt light tiene 100 calorías, no es tan light, ya que uno normal tiene 170. Los más dietéticos llegan a las 78 u 80 calorías, por lo tanto conviene comparar entre las distintas ofertas.

Otra información importante es verificar qué porcentaje de energía corresponde a grasas, porque si éste es muy alto y se ingiere en abundancia, la persona estará creando un desbalance nutricional de otras sustancias, y si tiene problemas de colesterol, no estará realizando lo adecuado para su organismo.
Por último, algunos productos utilizan sólo sustitutos para endulzar (aspartame, por ejemplo) y otros agregan un poco de azúcar o fructosa para lograr un mejor sabor, por lo que tienen más calorías. Este detalle es especialmente importante en los diabéticos.

Para que el consumo de un alimento light se traduzca en una reducción sustancial de calorías de la dieta, es preciso tener en cuenta dos aspectos: cantidad que se consume de dicho alimento y frecuencia con la que se come.


Fuente: cope